Venimos de Saldaña y antes de entrar en el pueblo nos encontramos a la izquierda de la carretera el antiguo transformador bien conservado y que ahora sirve a las cigüeñas para poner su nido cuyo volumen cada año va en aumento. Llama la atención la altura del nido; es muy corriente ver pararse coches para fotografiarlo.
Frente a la ancha entrada del pueblo, convergen las carreteras de Villarrabé, San Llorente y el cementerio nuevo. Aquí mismo esta la parada del Bus, donde para los transportes de los escolares y el de la gente que los martes van a Saldaña al mercado y demás negocios. Y el alto poste metálico que se ve detrás de la parada del bus es el transformador de la corriente eléctrica del pueblo. Aquí también las cigüeñas han encontrado lugar apropiado para construir el nido.
A unos quinientos metros de este punto, está el nuevo cemeterio. Una carreterita con árboles de la cañada a un lado nos lleva al camposanto, precisamente situado en el pago llamado "Tierra santos. Unos cien metros antes de llegar, ahora los árboles están plantados a ambos lados de la carretera, dando una buena sombra a este último tramo del camino. En la pared del mediodía están los nichos individuales y en el suelo se entierran en bonitos panteones familiares
Volvemos del cementerio entramos en el pueblo por una calle ancha que atraviesa la antigua Rapa y desemboca en la calle que va a la plaza y en la calle Real que nos conduce a zona de arriba del pueblo.
En el cruce con la calle que va a las eras, está la calle la Zapata, en donde está la "Casa la Villa". Pudimos verla sólo por fuera. En la `planta baja está el consultorio médico y en la planta de arriba, el salón de juntas.
Volvemos sobre nuestros pasos y fuimos a ver el nuevo parque de juegos infantiles. Nos acercamos y bebemos un trago de agua fresca de la fuente que se encuentra en la entrada del parque.
Desde allí nos dirigimos al reglamentario frontón, elegante y que encierra la obra un mérito muy grande de la gente del pueblo, ya que aportaron la mano de obra en su construcción. En este frontón se celebran capeonatos locales y provinciales y algunos regionales. En tiempo bueno es bastante concurrido. Siempre se encuentra jugando algunos jóvenes y no tan jóvenes..
Después de haber disfrutado un rato viendo a cuatro pelotaris jugando, fuimos a ver el teleclub y el centro de mayores que están detrás del fronton, en la antiguas escuelas. El centro está muy bien cuidados, no en vano lo utilizan todos los días para echar la partida. Y también allí hacen los cursos que esporádicamente se organizan.
Mientras que el teleclub es poco concurrido desde que se reabrió el bar "los moteros". Solamente lo abren los jóvenes de la peña el Zepo en la fiesta de Santa Inés. Sin embargo hay que corregir lo dicho anteriormente porque corresponde unos años que era así. Pero desde este año el Teleclub "la cañada", regentado por un matrimonio joven, se ha rejuvenecido y ha creado otro ambiente en aquella zona lúdica.
Dejamos jugando a las cartas una mesa de mayores y cogimos de nuevo la calle Real para ir a la Costanilla y bajar al río. Donde antes comenzaba el camino de Villambrán y ahora el de Matasuseras, cruzamos el río por un puente de hormigón con dos ojos para desaguar lo que en tiempos pasados llamábamos el Pozonagro. Cuando los inviernos no son secos, al pasar el agua por debajo del puente se oye ya al bajar la Costanilla el alegre susurro del agua.
El agua siguió corriendo por el cauce que cruza la Corzuela y nosotros volvimos al pueblo por la calle de las Huertas y tomamos la calle que da vista a la Casa la Villa al fondo. En el cruce tomamos la calle de la Iglesia y lo primero que encontramos fue una bonita y amplia plaza. En el centro una preciosa fuente rodeada de árboles y jardineras con flores, y también cuatro bancos de cementos de antigüedad simulada.
Después de unos minutos sentados en los bancos de la plaza a la sombra de sus árboles, emprendimos calle de la Iglesia abajo. Al fina de las casas de la parte derecha se alza la iglesia y torre recientemente restauradas. Como la iglesia tiene una página especial en nuestra web "mi querida iglesia", remitimos al visitante a ver por el exterior y el interior de nuestro querido templo.
Bajamos a la Rapa e imprevisiblemente la encontramos perfectamente urbanizada con calles y aceras bien preparadas. Incluso han dejado algún trozo sin cemento en previsión de algún día en el futuro hagan un pequeño jardín, en medio de tanto cemento como hay cubriendo la antigua Rapa, el pequeño arroyo que atravesaba el pueblo desde la parte de arriba los prados de abajo pasando antes por los tojos.
Aquí vemos el depósito que contiene el más rico tesoro del pueblo, el agua que sale de las profundidad de unos doscientos metros. Gracias a la generosidad del pozo Villambroz tiene un agua buenísima que llega a todos los hogares y demás lugares de trabajo. Desde que se hizo el pozo el pueblo no ha adolecido de agua y, según los entendidos, el nível del agua no ha variado nada; la capacidad daría a basto a una población de unos diez mil habitantes. Este pozo sustituyó al pocito que hay al lado. También está aquí la báscula pública para hacer los pesos de gran volumen, como son los camiones, tractores y demás grandes vehículos, con los autopesos electrónicos por medio de tarjetas magnéticas.
Tras la visita a la báscula y el depósito y pozos, entramos en la calle recientemente pavimentada, paralela a la Rapa. Pero antes de salir del pueblo a la carretera, a la derecha dejamos el depósito de las aguas sucias que, por una ancha tubería cruzan los prados de la Corzuela y desemboca en el cauce del río.
Y ya en el mismo extremo de la calle, también a la vera izquierda, está el depósito de las aguas para que los agricultores echen los herbicidas en sus tierras. Y ya para terminar la visita del pueblo, aquí mismo está el bar "los moteros", entramos para tomar un re fresco antes de emprender viaje por la carretera, rumbo a Sahagún.
Recordaréis que en tiempos pasados, la mayor parte del pueblo se abastecía de agua de la fuente que podemos ver también en esta visita, a la derecha de la carretera. Y con esta vista dejamos a Villambroz.